Desde el Ateneo Arbonaida queremos rendir un profundo y sentido homenaje a María de los Ángeles Infante, que ha dejado un legado imborrable en el corazón de Andalucía. Su vida, marcada por la adversidad desde sus primeros años, se convirtió en un símbolo de resistencia y amor inquebrantable por su tierra y su historia. María de los Ángeles vivió en carne propia la trágica detención y posterior asesinato de su padre, Blas Infante, el padre de la patria andaluza, en un día que debió ser de celebración. Soportó las prematuras pérdidas de su esposo y de su hija, tormentas que sacudirían cualquier espíritu, pero que en ella, forjaron una fortaleza digna de su legado.
A pesar de las sombras que intentaron oscurecer su camino, María de los Ángeles nunca permitió que la luz de sus ojos se apagara. Con cada paso, con cada palabra, con cada gesto, mantuvo viva la llama de la esperanza y el compromiso por defender el buen nombre de su padre y el honor de Andalucía. Su vida fue un constante recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, es posible hallar fuerzas para seguir adelante y luchar por aquello que es justo y verdadero.
Hoy, el Ateneo Arbonaida se une al dolor de su partida, pero también celebra la imborrable huella que ha dejado entre nosotros. María de los Ángeles Infante fue una mujer guerrera incansable cuya memoria y legado perdurarán en el tiempo, inspirando a generaciones futuras a luchar por sus ideales y a mantener viva la esencia de Andalucía.
Que su alma encuentre el descanso eterno y la paz que merece. Que en su reencuentro con aquellos que amó y perdió, pueda sentir el amor y la gratitud de todo un pueblo que la recuerda y la honra. Descanse en paz, María de los Ángeles Infante. Tu luz nunca se apagará en el corazón de Andalucía.
